Una tormenta geomagnética, es una perturbación temporal de la magnetosfera terrestre, por efecto de una llamarada solar. Es una onda de choque, que llega entre 24 y 36 horas después de que se ha desprendido del Sol.
Como vimos en una anterior entrada las auroras son provocadas por la actividad solar. Ráfagas de viento solar y eyecciones de masa coronal golpean el campo magnético de la Tierra, y al hacerlo sacuden la capa magnética que protege a nuestro planeta. Esto causa una lluvia de partículas cargadas en los polos, las cuales iluminan la parte de la atmósfera en donde dan. La física de este efecto natural es parecida a lo que sucede dentro del tubo de una televisión a color.
El campo magnético que rodea nuestro planeta se produce en el centro de la tierra.
En el núcleo existe una bola de hierro sólido, a una temperatura aproximadamente igual de caliente a la superficie del sol, que gira (nucleo interno). Y ademas posee una capa muy profunda de hierro líquido conocido como el "núcleo externo". El hierro es un fluido conductor de la electricidad en constante movimiento. Estos movimientos de los electrones generan el magnetismo.
Las partículas que llegan son guiadas por el campo magnético de la Tierra hacia un par de regiones con forma de rosquilla llamadas "óvalos aurorales". Hay uno alrededor del Polo Norte y otro alrededor del Polo Sur. Algunas veces, cuando la actividad solar es alta, los óvalos se expanden.
El rango completo de colores aurorales son: rojo, verde y muchos tonos de púrpura. Estos tonos corresponden a diferentes transiciones cuánticas de los átomos excitados de oxígeno y de nitrógeno. El color preciso a una altitud determinada depende de la temperatura y de la densidad de la atmósfera local.
Después de estos recientes años de profunda tranquilidad, el Sol se está despertando de nuevo. Ahora, la actividad solar se está incrementando y se espera un máximo a principios de 2013.
Según las profecías, mayas la causa física desencadenante de la finalizacion del calendario maya es que el Sol recibiría un rayo proveniente del centro de la galaxia y emitiría una inmensa «llamarada radiante» que transmitiría esa radiación a la Tierra y al resto del sistema solar. Este evento precedería al comienzo de un nuevo ciclo cósmico.En este final del calendario maya el Cielo nos pone ante una encrucijada: autodestrucción o transformación.
Yo creo , como todos los físicos positivistas, y firme creyente de que la energia ni se crea ni se destruye solo se transforma, que se trata solo de una "transformación". Si se entiende como una renovación, el ciclo del calendario maya comenzaría de nuevo y por eso los mayas no volvieron a escribirlo, puesto que ya tenían la referencia completa escrita de un ciclo genérico de medida del tiempo que guiaba sus vidas.
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